Hacer papas fritas muy ligeras ¡es
posible!
Con la técnica que te presentamos
aquí, puedes hacer unas patatas bien crujientes y sabrosas, pero sin inundar tu
cuerpo de grasas.
El primer paso para asegurarnos de
que las papas salgan perfectas, es comprar una variedad apta para freír.
Lava y pica las papas como lo haces
normalmente y luego ponlas en remojo con agua con hielos y sal, para que
pierdan la mayor cantidad posible de almidón y sean más crujientes.
Unos 15 minutos son más que
suficientes y una vez pasado ese tiempo, simplemente escúrrelas y sécalas con
un paño de cocina limpio.
¡Ahora viene el verdadero truco!
Coloca las papas picadas en un tazón
y añade una sola cucharada de aceite de oliva. Mezcla bien
para que todas se cubran de aceite.
Prepara una charola para el horno y
extiende ahí las papas. Ponles sal y, si quieres, algún otro condimento:
paprika, alguna hierna deshidratada, etc.
Hornea las papas a 180º durante 15 minutos. Luego dales la vuelta y hornéalas 10 minutos más.
Para dar el toque final, sube la
temperatura a 250 y hornea por 5 minutos... ¡verás que quedan súper crujientes
y ricas!
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